Ciudad de México.- El posible anuncio de aranceles por parte de EE.UU. a México y Canadá el 2 de abril amenaza la estabilidad del T-MEC, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum. Explicó que, si el tratado establece cero aranceles y estos se imponen, su cumplimiento quedaría en entredicho. Por ello, su gobierno mantiene el diálogo con Washington y Ottawa para evitar una escalada comercial y garantizar la competitividad de la región.
Sheinbaum también destacó que el Plan México busca fortalecer la industria nacional, más allá de ser solo una respuesta a los posibles aranceles de Donald Trump. Aclaró que, si se concretan estas tarifas, su gobierno tomará medidas, aunque descartó represalias directas al estilo de una guerra comercial.
En una llamada con el primer ministro canadiense Mark Carney, ambos coincidieron en la importancia de la integración económica de Norteamérica y en la necesidad de preservar la soberanía de cada nación dentro del acuerdo comercial. La embajada de Canadá subrayó que el diálogo es clave para mantener la competitividad regional.
El sector automotriz sería uno de los más afectados, pues muchas autopartes cruzan la frontera hasta ocho veces antes de ensamblarse en un vehículo final. Según un estudio de Banco Base, trasladar la producción a EE.UU. incrementaría los costos en un 24.9%. Las principales armadoras en México analizan posibles escenarios ante la incertidumbre.
En tanto, el gobierno de EE.UU. también ha señalado la existencia de barreras no arancelarias que afectan su comercio con México, lo que añade más tensión a la relación. Trump ha dedicado sus primeros 70 días de gobierno a imponer aranceles globalmente, generando preocupación en diversos países. Sin embargo, Sheinbaum ha mantenido negociaciones constantes con su administración, logrando en algunas ocasiones que reconsidere su postura. Medios como The Washington Post y The Wall Street Journal han destacado su manejo de la situación, resaltando que no ha cedido ante la presión estadounidense.
A pesar de admitir que las tarifas podrían tener efectos adversos, Trump insiste en que serán temporales. Mientras tanto, México y Canadá buscan estrategias para minimizar el impacto en sus economías y preservar la estabilidad del T-MEC.