Australia.- La semana pasada saltó a los titulares que el iceberg, llamado A23a, con una superficie de unos mil 540 kilómetros cuadrados, más del doble que Londres (607 kilómetros cuadrados) y un grosor de 4 kilómetros comenzó a moverse, después de 30 años pegado al fondo del océano.
Ahora, el British Antarctic Survey (BAS) publicó un nuevo vídeo e imágenes captadas por el RRS Sir David Attenborough, que muestran el "megaberg" extendiéndose en la distancia más allá del buque de investigación.
“Ha sido una suerte increíble que la ruta de salida del iceberg del Mar de Weddell se cruzara directamente con nuestra ruta prevista y que tuviéramos el equipo adecuado a bordo para aprovechar esta oportunidad", declaró el Dr. Andrew Meijers, Científico Jefe del RRS Sir David Attenborough y Director Científico de los Océanos Polares del BAS.
Aunque el A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en 1986, permaneció encallado en el lecho marino hasta la semana pasada.
El 24 de noviembre, el megaberg se liberó y comenzó a desplazarse fuera del sector del Mar de Weddell hacia el Océano Austral.
Según el BAS, es probable que la corriente circumpolar antártica arrastre al megaberg hacia el "callejón de los icebergs".
Esto lo sitúa en la trayectoria habitual de los icebergs hacia la isla subantártica de Georgia del Sur.
Esta semana, el RRS Sir David Attenborough pasó junto al iceberg como parte de su ruta prevista hacia el Mar de Weddell.
“Tenemos suerte de que la navegación por el A23a no haya afectado al apretado calendario de nuestra misión científica, es increíble ver este enorme iceberg en persona: se extiende hasta donde alcanza la vista", declaró el Dr. Meijers.
Además de filmarlo, los investigadores también tomaron muestras del iceberg.
Esperan que estas muestras ayuden a comprender cómo está afectando el cambio climático al Océano Antártico y a los organismos que viven en él.
Laura Taylor, biogeoquímica que trabaja en la misión, declaró:
"Sabemos que estos icebergs gigantes pueden aportar nutrientes a las aguas que atraviesan, creando ecosistemas prósperos en zonas que de otro modo serían menos productivas, lo que no sabemos es qué diferencia pueden suponer en ese proceso unos icebergs concretos, su escala y su origen”.
Los expertos esperan que sus investigaciones los ayuden a determinar qué tipo de vida podría formarse alrededor del A23a y cómo este iceberg y otros similares afectan al carbono del océano y a su equilibrio con la atmósfera.