Valencia, España.- Recientemente algunas regiones de Valencia, España, experimentaron en un solo día las lluvias que se esperarían en todo un año. Las localidades de Turís, Chiva y Buñol, registraron más de 400 milímetros de precipitaciones, por lo que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) declaró alerta roja en la zona la noche del 29 de octubre.
Debido a las tormentas severas, al menos 95 personas han perdido la vida. Miles más se quedaron sin electricidad y sin movilidad: se cerraron carreteras y se suspendió el servicio ferroviario de la región. Mientras tanto, las autoridades despliegan medidas para atender a las comarcas abatidas por el agua. Acompañada de trombas y poderosas tormentas, la DANA, popularmente conocida como ‘gota fría’, ha sido señalada como la culpable de los estragos. Dada la magnitud que ha alcanzado, se le considera como uno de los más graves desastres naturales de los últimos 75 años en España.
¿Qué es la DANA?
La Depresión Aislada en Niveles Altos, mejor conocida como DANA, se puede entender como una masa de aire en donde la presión es más baja, algunos meteorólogos la describen como un “embolsamiento de aire frío”.
Está aislada y conformada por aire de origen polar o subtropical que se ubica en zonas altas de la atmósfera.
Su formación “puede unir a todos los ingredientes necesarios para generar las temidas lluvias torrenciales”, no obstante, y como enfatiza la AEMET, no son sinónimo de tormentas catastróficas, intensas o dañinas, de hecho, son solo uno más de los muchos sistemas con la capacidad de traer precipitaciones.
Si todo sigue tal y como prevén los modelos meteorológicos durante los próximos 5 días, esta DANA, por sus características y comportamiento, tiene mucho potencial de entrar en el grupo de las de alto impacto.
— Dr JJ González Alemán (@glezjuanje) October 25, 2024
De las que pueden serán recordadas en la vertiente mediterránea. pic.twitter.com/oT8vcmCPYV
¿Qué podría explicar su fuerza?
Aunque el fenómeno es común en la zona del Mediterráneo, especialmente entre junio y octubre, algunos expertos habían notado condiciones propicias que podrían convertir a la DANA en un fenómeno más severo de lo acostumbrado.
“Si todo sigue tal y como prevén los modelos meteorológicos durante los próximos 5 días, ésta DANA, por sus características y comportamiento, tiene mucho potencial de entrar en el grupo de las de alto impacto. De las que serán recordadas en la vertiente mediterránea.”, escribió Juan Jesús González Alemán, investigador del AEMET, en su cuenta de X el pasado 25 de octubre.
Al parecer, el pronóstico se cumplió: las lluvias azotaron parte de Valencia el 29 de octubre. Ese mismo día, a primera hora, el AEMET decretó alerta roja para la comunidad.
Asociar un evento como este al cambio climático requiere los estudios pertinentes, por lo que es demasiado pronto para declarar una relación directa entre lo que experimentó la región y el calentamiento global, como señalan diversos expertos consultados por Science Medio Center España, una oficina independiente impulsada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
Sin embargo, este mismo grupo de científicos concuerda en que hay algunas condiciones que pudieron haber favorecido el fortalecimiento de la DANA.
María José Sanz, directora del Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático, agrega que, aunque “las atribuciones son complicadas”, actualmente se ha registrado una gran cantidad de humedad en la atmósfera debido a las altas temperaturas del océano.
Este factor puede incentivar condiciones climáticas severas, por ejemplo, se le ha relacionado con la rápida intensificación de los huracanes en el Pacífico y el Atlántico. Pese a que se tiene que analizar si el calor en el mar influyó en la DANA, existe la posibilidad de que haya sido un factor importante para la formación de la ‘tormenta perfecta’.
“Las tormentas se han desarrollado como resultado del paso de aire más frío sobre el cálido mar Mediterráneo, creando inestabilidad atmosférica y trayendo consigo lluvias torrenciales. Este tipo de tormentas pueden desarrollarse rápidamente y con un aviso relativamente corto”, agrega Jess Neumann, Profesora asociada de Hidrología de la Universidad de Reading.
Además, actualmente sabemos que el calentamiento global tiene el potencial de ocasionar precipitaciones más severas y frecuentes, como señala Ernesto Rodríguez Camino, miembro de la Asociación Meteorológica Española.
De hecho, algunos estudios han comenzado a explorar las posibles implicaciones de esta tendencia en algunas regiones, por ejemplo, en 2023 un grupo de investigadores analizó los posibles escenarios para la ciudad de Alicante, España.
“Los cálculos actuales y la proyección futura del índice de torrencialidad para escenarios de cambio climático severo, así como los factores de cambio climático, muestran un aumento en la frecuencia y magnitud de las lluvias más intensas. Este hecho corrobora la hipótesis de una mayor torrencialidad general en las lluvias futuras en esta área específica del litoral mediterráneo español”, concluyen en su artículo publicado en Theoretical and Applied Climatology.
Los resultados son similares a los obtenidos por otros científicos en otras regiones del planeta, por ejemplo, en 2022 una investigación determinó que, incluso en un escenario de cambio climático moderado, casi todo el territorio continental de la India (~82–99% de la extensión espacial) se vería afectado por un aumento significativo (en promedio 19%) en la intensidad de la precipitación horaria.
Por ahora, algunos de los científicos consultados por Science Medio Center concuerdan que la magnitud del desastre en Valencia podría ser un punto de partida para repensar la gestión de riesgos: desde los protocolos que se aplican para advertir a la población, hasta el diseño del paisaje.
En tanto, la Agencia Estatal de Meteorología ha adelantado que se mantendrán episodios intensos de lluvia en el norte de la Comunidad Valenciana, algunos de los puntos más afectados podrían ser Aragón, el sur de Navarra y el oeste de Andalucía.
Se ha señalado que la cifra de decesos por la tormenta podría ser la peor en la historia moderna de España, ya que el número de víctimas superó el registrado durante la catástrofe ocurrida en el barranco de Arás en agosto de 1996.