Buena organización.
El primer truco a tener en cuenta para aprender a hablar en público es preparar la presentación. Debemos conocer a fondo el tema del que vamos a hablar y cómo estructurar nuestro discurso para planificar el tiempo que dedicaremos a cada temática. Cuanto más organizado estés, menos nervioso te podrás.
Impactar desde el principio.
Nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una primera impresión», decía Oscar Wilde. Una gran síntesis que nos acerca a la importancia de ganarse a la audiencia en los primeros segundos de tu discurso.
Expresarse con sencillez.
En esto confluyen varios aspectos. Primero debe quedar claro que debes poder resumir lo que propones comunicar con un par de enunciados, en pocas palabras. Si no lo logras, entonces necesitas repasar tu presentación para que quede más clara.
No excederse leyendo.
Es muy recomendable, como hemos explicado anteriormente, guiarse mediante un pequeño esquema organizativo, pero esto debe utilizarse como sistema de apoyo y no como base única de tu presentación. Pues al leer la comunicación no es directa, no estás creando acercamiento con el público, no llamas su atención porque tampoco mantienes contacto visual con los oyentes.
Contacto visual con los asistentes.
Gran parte del éxito de saber hablar en público está en este consejo, porque al hablar en público necesitamos crear una conexión con nuestra audiencia y un ambiente de confianza para lograr transmitir con éxito nuestro mensaje.
Lanzar una pregunta.
Podemos acabar con un resumen de las ideas que se han expuesto lanzando una pregunta al auditorio, pues es una técnica de cierre, aunque también de apertura, muy recomendable cuando se pretende influir en los discursos, debe ser una pregunta clara, con buena pronunciación, manteniendo el contacto visual y que todos los asistentes se sientan de algún modo aludidos.
FUENTE: MARTA GARCIA