La Salsa

2024-08-27 11:41:57   564 Visitas


Por: Rubén Valles Mata



*”El amigo es el hermano que uno elige”

La vida justa o injusta… la vida larga o corta… Por miles de años filósofos y religiones han estudiado el tema, no han logrado ponerse de acuerdo, porque vida es verbo. Recurriendo al mundo de lo imposible, para el manejo del duelo, debiera decretarse el fin de todo por edades, entrar en la luz de la eternidad, primero los abuelos, luego los padres, los hijos, los nietos buscando evitar la pérdida de un hijo.

Pero Dios no concede caprichos y como lo dijera alguna vez San Agustín, “El nacer, es la enfermedad que contraemos para morir”, entonces desde los primeros razonamientos debiera empezar nuestra preparación para la muerte, pero no es así, en el desarrollo creamos apegos, gustos, necesidades, empezamos a construir un mundo propio, en el que caben virtudes y defectos.

El sábado un telefonazo alteró la rutina del día, daba cuenta de la muerte de Gaby Flores en un accidente en la majestuosa Sierra de Chihuahua, mi mente se puso en shock, quise creer que era una de esas bromas de mal gusto que nunca falta, pero pronto, el padre de sus tres críos y gran amor de su vida, el ingeniero Oscar Chávez confirmó la noticia. Pronto en redes sociales las condolencias aparecieron por cientos, consternación, oraciones, recuerdos daban cuenta de la semilla que la recién partida dejó en su efímero paso por la tierra, se fue a los 39 años.

Gaby fue Directora de Obras Públicas durante cinco años con Eliseo Compeán, al arranque de la actual administración fue sustituida en el cargo, meses más tarde fue llamada de nuevo por Chuy Valenciano, estuvo otra vez al cargo poco más de un año, hasta que un día decidió sacrificar una gran oportunidad laboral y de servicio, para enfocarse a sus dos pequeñas hijas y a su niño, porque su entraña le llamaba a su misión de madre, de la escuela, al deporte, a las tareas, a la recreación, los deja muy pequeños.

Pudo irse en el gozo de su misión de madre, hasta que el sábado trágico y negro, al lado de esos tres niños, la fatalidad se interpuso en el camino y ese viaje entre piedras, pinos, desfiladeros y paisajes lindos, le pusieron freno a su existencia, dejando a su hija mayor con fractura de cráneo, la muñeca de en medio y el pequeño con golpes y lesiones pero fuera de peligro.

“El amigo es el hermano que uno elige” por eso es muy sentida su partida, recordando largas tardes que al gozo de una buena comida y hasta una copa, con nuestra amiga Susy Vizcarra, arreglábamos el mundo, si mi amigo Don Miguel Navarro viviera, le diría la dama del buen decir por su lenguaje florido, claro, abierto, sin reservas, fue una mujer que no tenía miedo a las palabras.

Positiva, conectada a las soluciones, siempre traía su mente ocupada, caminando de prisa, pegada al teléfono, voló muy alto y siempre hizo lo que quiso, lo prudente, lo correcto. Deja un enorme vacío, hoy su mente, alma y cuerpo están fuera de este mundo, acabó su vida y comienza su espíritu, ese que llevaremos siempre sus cercanos.

Al amigo Pancho, a su esposa Tenchita, a Oswaldo y Paco, a Renata, Ángela y Oscarín, al ingeniero Oscar Chávez, padre de sus tres criaturas, sepan que desde el sábado trágico las oraciones viajan al espacio y llegan al espíritu de quien, ya descansa en paz, solo así podía hacerlo.

Adiós a la hija y madre, a la empeñosa ingeniera civil, a la que armó una cuadrilla de mujeres albañilas como les decía ella, porque sin ser una feminista recalcitrante, siempre supo ejercer y defender sus derechos, procurar la equidad. Adiós Gaby, aquí su recuerdo queda grabado en letras de oro.



Amigos nuestros por hoy es todo, ay mañana a ver qué pasa.


Edición: Ana Borunda