Va por su tercer oro en Paralímpicos

2024-08-27 10:34:17   475 Visitas


París, Francia.- “Ya no tienes tu pierna”. Esta frase, dicha por su padre, estará siempre en la cabeza de Ermin Jusufovic. Veintisiete años después, es uno de los pilares de la selección de voleibol sentado, que aspira a una nueva medalla en los Paralímpicos.



“El accidente fue el 19 de mayo de 1997. Yo no tenía ni 16 años”, recuerda en una entrevista en Sarajevo (Bosnia) el jugador más valioso del Mundial 2022.

En su pueblo, cerca de Lukavac (noreste), a 12 días de su 16 cumpleaños, el adolescente trabajaba la tierra en compañía de su madre y de su hermano gemelo. La guerra había terminado hace un año.


En lugar de desviarse “entre 30 y 40 metros” para evitar una “zona sospechosa (...) que había sido primera línea del frente” durante la guerra (1992-1995), él decidió cruzarla.

“Algo sucedió. No me di cuenta de que fue una detonación. Estaba tumbado en el suelo, inmóvil. Sentí el olor de la pólvora negra (...) una mina”, contó Ermin Jusufovic tras un entrenamiento de preparación para los Paralímpicos (del 28 de agosto al 8 de septiembre).



Lo siguiente que recuerda es levantarse en la cama del hospital.

“Pregunté a mis padres si me habían cortado la pierna. Sabía que no podrían salvarla tal y como la había visto. Mi madre balbuceó algo y mi padre me dijo: ya no tienes tu pierna. Debes aceptarlo, tarde o temprano. Tendrás que vivir con ello”, aseguró.

“Entonces llegaron las primeras lágrimas y todo lo que es normal en esas circunstancias, estuve así seis meses. Después, vino la primera prótesis y con ella las primeras lágrimas de alegría”, explicó.

Unos meses más tarde, el entrenador del club local de voleibol sentado lo vio en un centro médico y le dijo que se pasara a entrenar.

“Le respondí, de acuerdo, iré a ver. Después, en casa, me dije que imposible, que no me podían ver sin pierna”, recuerda Ermin Jusufovic con una sonrisa aquellos días de “situaciones estresantes y no naturales del principio”.

Los accidentes de minas tras la guerra causaron más de 1.150 heridos y 624 fallecidos en Bosnia según datos oficiales.

Un punto de inflexión fue el encontrase con Safet Alibasic, hoy su compañero en la selección, ya que decidió ir con él a su primer entrenamiento.

Fue en 1998. Ermin Jusufovic recuerda entrenamientos “difíciles”, muy físicos y a menudo sin balón. Pero, sobre todo, rememora la gran motivación. Hacía también ejercicio en casa, perdió 30kg en un año y consiguió alcanzar un peso perfecto.


Edición: Nallely Durán