Ciudad de México.- Renault cierra su división de motores que tenía en la fábrica de Viry-Chatillon y que daba propulsores al equipo Alpine. La escudería seguirá en la Fórmula 1, pero como escudería cliente de otro motorista. Mercedes, después de que Aston Martin les dejase, parece la mejor posicionada para dar propulsores a los franceses.
La decisión de Renault de cerrar su división de motores de Fórmula 1 ha traído cola. El equipo francés ha vivido unos años muy convulsos desde que se congelaron los motores en 2014. El equipo era, de largo, el que menos potencia daba frente a Mercedes o Ferrari, y solía ser objeto de críticas por parte de los equipos que les contrataron.
Renault ya ha decidido tirar la toalla antes de que la Fórmula 1 les vuelva a dejar en mal lugar con el aumento de la competencia. Ford y Volkswagen -por medio de Audi- aterrizan para 2026 y Toyota trabajará como asesor técnico de Haas, dejando entrever que el nivel iba a subir.
Si ya el Renault era el peor motor en cuanto a potencia, aunque sí el más fiable, estos nuevos actores podían poner en jaque la credibilidad del fabricante francés. Así las cosas, han optado por salir rompiendo una tradición que les había mantenido en la Fórmula 1 siempre desde 1977.
Renault y sus motores brillaron especialmente en la década de los 90, estando detrás de varios títulos mundiales, aunque toda España recuerda los dos títulos de Fernando Alonso en 2005 y 2006. En aquellos años, el equipo galo formó un increíble binomio con el fabricante de neumáticos Michelin para conseguir unos resultados históricos.
Su última victoria data del Gran Premio de Hungría de 2021 cuando Esteban Ocon sorprendió a propios y extraños, ganando aquella carrera que le sirvió en bandeja Fernando Alonso tras una memorable defensa sobre Lewis Hamilton. Desde entonces, Renault o Alpine no se han acercado a los puestos de honor.