El mayo sale cojeando de audiencia

New York, Estados Unidos.- Zambada salió de la sala de audiencias cojeando. Con la mirada clavada en el suelo, la espalda encorvada y a paso lento, el otrora conocido como capo de capos dejó con dificultades el “courtroom” ubicado en el piso 11 del edificio de juzgados en Brooklyn.

Acababa de “enfrentar” a ocho fiscales que, sin rodeos, lo acusaron ante un juez federal de ser “uno de los delincuentes más peligrosos del mundo”. De ser responsable de una incalculable pérdida de vidas por la droga con la que, dijo, ha inundado a los Estados Unidos, sumado a otras tantas víctimas directas de su “ejército de sicarios”.

Fueron 25 minutos de audiencia en los que, sin embargo, El Mayo no mostró mayor gesto de inconformidad o defensa. Si bien se declaró “no culpable”, el tono y su voz mandaron más un mensaje de cumplir con el requisito en vez de saberse inocente de cualquier delito. Y a la petición de que permaneciera en prisión por su alto perfil criminal, ni Zambada ni su abogado intentaron siquiera algún tipo de argumento.

En varias ocasiones el juez auxiliar James Cho cuestionó al capo mexicano sino estaba inconforme con la petición de la fiscalía de anular las disposiciones para que este juicio se desahogara rápidamente y se le declarara caso complejo, debido a la cantidad de evidencia que van a ofrecer entre las que figuran intervenciones de comunicaciones y otros testigos colaboradores.

“Si usted no se opone a esto significa que está de acuerdo con permanecer aún más tiempo en prisión aun cuando no haya sido enjuiciados… ¿está seguro de no tener oposición a esto? ¿este consentimiento que tengo aquí firmado de que no lo objeta es realmente su firma? ¿No está presionado ni intimidado?”, fueron algunas de las insistencias.

La respuesta a todas fue un lacónico “no” repetido en voz de un intermediario, y la reiteración de que renunciaba a las reglas del juicio rápido.