Paris, Francia.- Prisca Awiti escribió historia para México, la keniana mexicana no solo se convirtió en la primera mujer no nacida en territorio nacional en colgarse una medalla en la máxima justa, sino que también es la primera en la disciplina de judo; la plata le supo a oro a su familia.
Su madre, Lola Alcaraz, no pudo entrar a la competencia, tan cerca y tan lejos que no tuvo más que observarla desde un dispositivo movil en una cafetería.
Emociones contrastantes, alegría y resignación. Al terminar, sonrisas y aplausos que primero fueron agridulces, pero que después dejaron sabor a victoria.
La tecnología no fue suficiente y Lola emprendió el camino al estadio, este se sintió como todo un maratón.
El desastre llegó cuando la seguridad del estadio no la dejó pasar, algunos familiares intentaron enfáticamente entrar, pero las negativas fueron muchas, una y otra vez, y en las taquillas tampoco hubo solución.
La perseverancia dio frutos… por fin parte del staff se compadeció de Lola y accedió a dejarla entrar para así vivir junto a Prisca un momento histórico para su familia y para México.