CDMX.- Todo comenzó con lo que parecía ser una tos inofensiva. Ellie Keating, la madre de Mason, notó que su hijo comenzó a roncar, acompañado de tos persistente, temperatura y sudores nocturnos.
Preocupada, llevó a Mason, su bebé, al médico en repetidas ocasiones, pero el verdadero impacto llegó cuando Mason comenzó a mostrar síntomas más graves: vómitos, sensibilidad a la luz y dificultad para mantenerse en pie.
Este conjunto de síntomas alarmantes llevó a Ellie a llamar al servicio de emergencias, que envió una ambulancia de inmediato.
Después de tres viajes al hospital, los médicos inicialmente descartaron algo grave y consideraron que los síntomas de Mason eran resultado de una infección en el pecho.
"Una de las principales preocupaciones para mí era esta tos, era muy, muy fuerte... Empezó a hacerlo roncar por la noche y nunca antes había roncado", reveló. "Se trataba simplemente de una infección viral" dijo la Sra. Keating.
Sin embargo, cuando los síntomas se intensificaron y Mason comenzó a mostrar signos más preocupantes, como sensibilidad a la luz y dificultad para mantenerse en pie, Ellie se alarmó aún más y buscó ayuda médica urgente.
Finalmente, después de una serie de pruebas y análisis adicionales, Mason recibió un devastador diagnóstico: leucemia linfoblástica aguda de células T.
La noticia dejó a Ellie atónita y conmocionada, recordando con dolor el momento en que recibió la noticia: "Cuando me dijeron que Mason tenía cáncer, el ruido que hice ni siquiera sonó humano. Estaba llorando y gritando".
La situación empeoró rápidamente cuando Mason entró en coma mientras estaba en diálisis. Aunque emergió del coma, su lucha estaba lejos de terminar.
“Estaba llorando y gritando. Entonces cuando estaba empezando a entender el hecho de que tenía cáncer, me golpearon con "va a morir". No tuve oportunidad de investigar terapias alternativas, no tuve tiempo".
Inmediatamente comenzó un tratamiento agresivo de quimioterapia y esteroides, pero lamentablemente, su cuerpo no respondió como se esperaba. Una semana después, Mason falleció, dejando a su familia y comunidad sumidos en el dolor y la tristeza.
"El día de su muerte no hubo ninguna advertencia... de repente fueron solo cuatro grandes respiraciones y desapareció... La enfermera simplemente me agarró porque iba al suelo. Ella me agarró y me abrazó y todos estábamos sollozando en esa habitación", reveló.