Todas las rupturas amorosas duelen, eso no lo podemos negar. Yo misma he atravesado dos que tres y sé de lo que te hablo. Y aunque al principio puede doler mucho, con tiempo, paciencia y trabajo personal, superarás este bache y saldrás adelante. Lo primero: cada persona tiene su propio ritmo para superar estas cosas, así que no te compares con otros y avanza a tu paso.
No te engañes, esto no es un proceso que se resuelva en dos patadas.
Prepárate porque te tomará al menos seis meses antes de que empieces a sentirte más tranquila/o. Si ya pasó el tiempo, unos tres años de sufrimiento, y tu sigues atorada/o, es hora de considerar buscar ayuda profesional. A veces, solos no podemos salir de este atolladero y más vale pedir ayuda.
Las pérdidas amorosas son duras, y lo son porque no solo te separas de tu pareja, también hay otros aspectos de tu vida que cambian radicalmente. Puedes perder bienes materiales, amistades, la comodidad de tu hogar, tiempo con los hijos e incluso afectar las relaciones familiares y laborales. Además, esta crisis suele destapar otras heridas del pasado que debes sanar.
No te asustes si te sientes perdido durante este proceso.
Es normal cuestionar tu identidad y preguntarte quién eres ahora y qué quieres en la vida. Pero tranquila/o, es una oportunidad para reinventarte y empezar de nuevo. Con el tiempo, encontrarás un nuevo camino y te sorprenderá lo fuerte que puedes ser.
Superar una separación no es fácil, pero créeme, es posible y gratificante.
Así que, manos a la obra en el camino de recuperación, y ¡confía!, el sufrimiento bien gestionado te hará crecer y te llevará a un mejor lugar. ¡Tú puedes!