¿Te despiertas con pereza casi todas las mañanas? ¿La cafeína es ya una necesidad para ayudarte a pasar el día?
Si esto te resulta familiar, es hora de abandonar las soluciones rápidas de las que dependes y desarrollar un plan de gestión de la energía. Empezar puede parecer desalentador, pero pronto te sentirás con energía para seguir adelante una vez que notes los beneficios de un estilo de vida más feliz, saludable y productivo.
¿Qué es la gestión de la energía?
Piensa en tu energía como un recurso limitado, como el dinero de una cuenta. Empiezas el día con una cantidad determinada para gastar. Esta cantidad varía de una persona a otra en función de factores como la edad, el sueño, los niveles de estrés, las condiciones médicas y el estilo de vida.
Las actividades e interacciones retiran energía de tu cuenta o la depositan en ella. Aunque no siempre puedes controlar las actividades que agotan tu energía, puedes tomar medidas para depositar más energía en tu cuenta.
Sigue estos siete consejos para aumentar tu energía y vivir una vida más feliz, saludable y productiva:
1. Come alimentos nutritivos
Una dieta saludable y equilibrada es la base del bienestar. Sin embargo, es habitual considerar la alimentación saludable principalmente como una herramienta para perder peso. Según las Guías Alimentarias para los Estadounidenses de 2020, se necesita una dieta equilibrada con alto contenido de frutas y verduras, proteínas magras, lácteos bajos en grasa y cereales integrales para obtener una energía óptima. Somos lo que comemos.
Consume una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios para obtener una gama de nutrientes que te proporcionen energía a lo largo del día. Opta por frutas y verduras frescas o congeladas, especialmente las de hoja verde oscura y brócoli, que son muy nutritivas, así como las verduras de color naranja, como las zanahorias y los camotes. Puedes elegir entre muchos tipos de pescado y legumbres para proteínas saludables. Intenta comer tres onzas de cereales, panes, arroz o pasta integrales a diario.
2. Dormir de siete a ocho horas por noche
Darle prioridad al sueño es una de las mejores cosas que puedes hacer para prepararte para un día exitoso y lleno de energía. La falta de sueño puede perpetuar graves problemas de salud, así como afectar negativamente tu estado de ánimo, tu motivación y tus niveles de energía. Dormir bien es un hábito saludable que muchas personas necesitan mejorar. La mayoría de los adultos necesitan al menos siete u ocho horas de sueño cada noche, así que ¿qué les impide conseguirlo?
Observa tus patrones de sueño si tienes problemas para dormir. Toma nota de cuánto duermes cada noche, de los factores que contribuyen a tu sueño o a su falta de él, de lo descansado que te sientes y de la energía que tienes durante el día. A continuación, pon en práctica estrategias para mejorar tu sueño, como crear un entorno relajante y reparador, minimizar la luz y el ruido, establecer una rutina a la hora de dormir, controlar el estrés y apagar los dispositivos electrónicos.
Independientemente de lo que decidas empezar, sé constante. Usar la misma rutina y estrategias de sueño ayudará a desarrollar un reloj de alarma interno en tu cuerpo y puede conducir a una mejor calidad del sueño. Con una mejor calidad de sueño, las personas experimentan una mejor salud, un mayor bienestar emocional, un menor riesgo de enfermedades y son más productivas.
3. Rodéate de gente buena
Maximiza el tiempo que pasas con gente con quien disfrutas. Conectarse con otras personas positivas e intereses similares te entusiasmará y te llenará de energía.
Por otro lado, quienes no son como tú, que tienen perspectivas negativas, que se quejan a menudo o que toman malas decisiones sólo drenarán tu energía.
Es importante establecer límites y fronteras para protegerte y conservar tu energía cuando estés rodeado de personas que no rellenen tus reservas de energía.
4. Evita la sobredosis de noticias
El consumo de noticias es una forma importante de mantenerse conectado con lo que ocurre en el mundo. Pueden ser educativas, entretenidas e incluso edificantes.
Por desgracia, las noticias se llenan con demasiada frecuencia de historias de sufrimiento. Estas historias pueden distorsionar tu visión del mundo y hacer que te centres en tus peores temores en lugar de reconocer lo bueno que te rodea. Procura evitarlas.
5. Haz ejercicio con regularidad
¿Te sientes aletargado a mitad del día? ¿Alguna vez te has quedado sin aliento ante simples tareas cotidianas, como hacer el súper o los quehaceres del hogar? El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) recomienda que los adultos hagan al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada cada semana. Al contrario de lo que puedas creer, esto le sumará, no restará, a tu cuenta de energía.
El ejercicio alivia el estrés y la tensión, fortalece los músculos, aumenta la resistencia y ayuda a tu cuerpo a trabajar más eficientemente durante otras tareas o actividades físicas.
6. Haz algo significativo cada día
¿Qué te apasiona? ¿Tienes un talento especial que te gustaría practicar más a menudo o compartir con los demás?. Haz algo que te guste cada día, aunque sea un acto sencillo como cocinar algo sano o escuchar tu canción favorita. Poner empeño en las cosas que más te importan te ayudará a usar y reservar tu energía de forma que saque lo mejor de ti.
7. Piensa en cosas buenas para los demás
Mantener una mentalidad compasiva es otra forma de conservar la energía. Un ejemplo de la práctica de esta forma de pensar se llama atención amable. Por ejemplo, intenta establecer contacto visual con un desconocido y sonreír, mientras piensas “Te deseo lo mejor”. Este acto positivo puede, en cambio, evitar que juzgues a esa persona. Juzgar a los demás puede hacer que nos juzguemos a nosotros mismos y ese tipo de diálogo interno negativo puede ser agotador.
Te sentirás mejor con cada paso que des hacia esta importante inversión de autocuidado.
He aquí algunas actividades sencillas que te ayudarán a ser más consciente de tu cuidado personal:
Monitorea tu energía. Toma la “temperatura” de tu energía en varios puntos a lo largo del día, asignándole un número del uno al 10, siendo el 10 el nivel de energía más alto. Presta atención a los detalles de tu día para que puedas identificar a las personas o eventos que más te impactan.
Haz cambios graduales. Una vez que seas consciente de algunas de las personas o acontecimientos que sabotean tu energía, considera los siguientes pasos. En lugar de abordar todo a la vez, elige un área que sea importante para ti y sé realista con los objetivos que te propongas. Por ejemplo, si la desorganización en tu casa es una gran fuente de estrés diario, elige un armario o cajón para limpiarlo cada semana en lugar de abrumarte con hacerlo todo de una vez. A continuación, pasa al siguiente objetivo cuando te sientas preparado.
Planifica y prioriza. Toma nota de los momentos del día en los que tus niveles de energía tienden a ser más altos. Decide cómo puedes aprovechar esos momentos priorizando las tareas importantes cuando te sientas fresco y productivo.