La Caldera

Editorial de la Redacción Estatal

* EL CHUECO

Le faltó tiempo a las fuerzas federales y al resto, si se toma en cuenta que pasaron nueve meses después de asesinato de los sacerdotes jesuitas, el guía de turistas y de un deportista, no lograron localizar a El Chueco.

Cientos de militares y policías de todas las corporaciones, persiguiendo a El Chueco y nada; es más, su cuerpo sin vida, fue localizado por policías estatales del vecino estado de Sinaloa.

Surge y con mucha razón la duda manifiesta o el sospechosismo, del por qué no fue capturado y/o en su caso, no fue abatido por las fuerzas policiacas o militares.

Tiene razón el clero, concretamente el presbítero de la diócesis de la Tarahumara, cuando señala que la muerte de El Chueco no representa justicia o es fruto de ella, “pues sólo confirma la violencia que estamos viviendo”. Un Chueco nunca puede ser superior a la fuerza del Estado.

En síntesis, El Chueco no fue detenido; no hubo justicia. Los crímenes que cometió José Noriel, que no fueron pocas, continuarán impunes.

Obviamente, El Chueco no actuó sólo, recibía órdenes de su grupo y aparentemente con protección oficial; no se olvida que el exgobernador Corral Jurado, anunció que lo tenía, pero inexplicablemente (o tal vez sí), lo dejó ir.

Cuántos asesinatos pudo haber evitado el exgobernante si lo hubiera atrapado cuando lo tenía, no lo sabemos; en su conciencia quedarán; en la de El Chueco ya no, por lo menos en la terrenal.

El Chueco recibió un tiro en la cabeza; en que se dijo acabó con su vida allá en la sierra de Choix, entre sierra de Sinaloa, eso se dijo en un principio, pero La Fiscalía de Sinaloa informó que recibió 16 o 18 impactos de AK47, el llamado Cuerno de Chivo.

La única fotografía exhibida de manera oficial, no muestra ni un solo orificio de impacto de bala y ni un rastro de sangre, en el momento de su levantamiento.

18 impactos con una arma de ese calibre y en una distancia demasiada corta, como se demuestra con 16 cartuchos percutidos localizados a unos metros de su cuerpo, sólo encontraría una irreconocible coladera, El cuerpo de El Chueco se aprecia enterito, sin un raspón…

El crimen organizado, si es que es El Chueco, le cobró con su vida misma, haber calentado en extremo la plaza.

* EVALUACIÓN A FUNCIONARIOS

La gobernadora del Estado, Maru Campos Galván, anuncia una nueva evaluación para los integrantes de su gabinete formal y ampliado.

La premisa es que quien se tenga que ir se irá como sucedió con el “omiso e indolente” ahora ex secretario de Salud, Fernando Sandoval Magallanes y con Ignacio Galicia el Desarrollo Humano y el fiscal General, Roberto Fierro Duarte y Javier González Mocken en Educación y otros.

Ciertamente todo se fueron, bueno a otros puestos salvo Sandoval y González; en esta evaluación puede haber por ahí alguien más.

Dicen que la mandataria está muy molesta con el papel que viene realizando la recién nombrada Sandra Elena Gutiérrez Fierro, razón no le falta.

Bronca en los bachilleres, en la UACh, en secundaria, primarias y hasta en instituciones particulares; maestros acosadores, violadores, bullying, peleas, grillas, carencia de mentores en educación básica y lo que se quiera agregar.

Por ahora, se supone que la gobernadora, le dará otro trimestre a su nueva secretaria de Educación.

* CORRAL ACUMULA DESFALCOS Y NADIE HACE NADA

YA QUE andamos en temas justicieros, la Auditoría Superior del Estado encontró nuevas y otras irregularidades en el gobierno que presidió Javier Corral Jurado.

Nada nuevo, los desvíos, peculados, irregularidades, que se le han demostrado a Corral, deben superar los tres mil millones de pesos, pero nada pasa. El exgobernante no tiene ni un citatorio para comparecer.

Órganos Internos de Control, Función Pública, Fiscalía Anticorrupción, Institutos de Trasparencia, Gobierno Abierto, son solamente burocracia dorada. El caso de Corral se convertirá en emblemático.