¿Piensas regresar con tu ex?

El dicho de “borrón y cuenta nueva” puede ser válido para un partido de ajedrez o para un cambio de profesión, pero en las relaciones amorosas la cosa se mueve de forma diferente. No hay duda de que toda ruptura de pareja pasa por un periodo de caos inicial y por un proceso de duelo. Durante ese transcurrir es normal sentirnos enojados, descolocados, desolados, incluso, deprimidos. Pero pasado cierto tiempo, de nosotros dependerá capitalizar esa experiencia y sacar lecciones de vida que serán la plataforma de despegue para lo que nos resta por vivir.

Por eso cuando pensamos en una “segunda vuelta” con el/la ex, existe un prejuicio que nos impulsa a pensar que ésta no puede ser mejor; con ello a revivir las frustraciones, a defendernos de las decepciones y a querer componer aquellos eventos que llevaron a la separación.

EL EFECTO RETROVISOR

En las relaciones no puedes llegar a un destino distinto si te sostienes mirando hacia atrás. “Espejear” es necesario para cuestionar si se puede rescatar algo de la experiencia, pero instalarse en lo que ya se vivió te llevará, tarde o temprano a perderte en el camino, a “estrellarte” y colapsar la relación una vez más.

ACTUALIZAR TU RELACIÓN

Si bien “somos los que somos”, también podemos trabajar para construir una mejor versión de nosotros mismos, así como para adoptar un mejor manejo de los conflictos que se nos volverán a presentar. No se va a estar mejor solo por volver a estar juntos: los desafíos y retos personales y de relación han de atravesarse.

UNA NUEVA HISTORIA

Las relaciones no se “componen” mágicamente, se requiere actualizarlas con algunos “ingredientes” básicos:

1. Autoconocimiento: ¿Cómo estoy conmigo? ¿Qué heridas me dejó esta relación?

2. Responsabilidad por la propia conducta: ¿Qué me corresponde asumir?

3. Claridad de lo que uno desea, necesita y valora: ¿Qué quiero, puedo y tengo?

4. Negociación de lo que se puede y lo que no se puede: ¿Qué sí y qué no?

5. Aceptación de que el otro no responderá a todas nuestras expectativas: ¿Qué esperanzas tengo puestas sobre mi pareja que no se pueden cumplir?

6. Reconstrucción del proyecto de vida compartido: ¿Para qué quiero intentar algo de nuevo?

PROYECTAR EL FUTURO:

Si bien puede haber cambios en patrones nocivos para que exista la sólida posibilidad de que funcione una nueva etapa, se requiere soltar heridas, peleas, ilusiones e ideales. Los momentos felices se pueden atesorar, pero no podrán regresar de la misma manera.

Y ES FÁCIL DECIR “HAY QUE SOLTAR”, PERO ¿CÓMO SE LOGRA EN LA VIDA REAL?

Depositando experiencias nuevas y positivas a la relación, generando acciones gozosas en las que nos conozcamos de nuevo, posibilitando diálogos no defensivos para cambiar nuestras suposiciones sobre el otro, conteniendo nuestras ansiedades para no volcarlas en la relación o pareja, deteniéndonos a pensar lo que decimos, permitiéndonos sentir lo que tememos, acercándonos con el cuerpo y con el corazón, sabiendo que el amor puede doler, pero que también que nos puede volver a cobijar.