Ciudad de México.- La reconfiguración del espacio aéreo en el Valle de México para dar lugar a la operación del AIFA ha resultado en más problemas que soluciones y la nueva configuración pone en predicamentos innecesarios a pilotos y operadores aéreos, indicó Juan Carlos Machorro, socio en la firma Santamarina y Steta.
El socio a cargo del área Transaccional de la firma y experto en aeronáutica e infraestructura aeroportuaria, dijo que la reconfiguración resulta en rutas de aproximación más prolongadas, demoras, consumo de combustible excesivo y contaminación acústica. Y esto operando el AICM al 70 por ciento de la etapa prepandemia.
Machorro hizo una reseña de las medidas contraproducentes que han generado costos y riesgos para el sistema aeroportuario mexicano.
Destacó que hace más de 30 años todos los estudios serios de factibilidad arrojaron que la única alternativa viable es Texcoco.
"Estamos padeciendo el resultado de actuar con base en una consulta sin rigor metodológico y sin sustento legal alguno. Por consulta y por decreto se canceló el proyecto de infraestructura aeroportuaria más importante del país y se inició la reconfiguración a marchas forzadas de una base militar.
"Por decreto se pretende la gestión de pasajeros a través del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el AICM se encuentra desde hace años en terapia intensiva por una deteriorada salud operativa y financiera.
Además, dijo que al cancelarse el proyecto de Texcoco, se mantiene vivo un aeropuerto que estaba destinado a cerrar definitivamente.
Ahora, el ingreso principal del AICM, el TUA, se transfiere totalmente para pagar los Bonos MexCat, emitidos para financiar el proyecto de Texcoco.
"El mayor ingreso del AICM está condenado a pagar la deuda de un proyecto cancelado, inexistente durante las siguientes décadas", indicó.