Jonrón histórico para los Yankees

2025-03-27 21:44:23   410 Visitas


Nueva York.- El invierno en el Bronx fue largo y gélido. No sólo por el viento cortante que azota el Yankee Stadium en enero, sino por el escalofrío de haber visto a los Dodgers celebrar en la Serie Mundial. Pero la primavera trajo renovación y, con ella, una página nunca antes escrita en los 123 años de historia de los Yankees. La novena neoyorquina derrotó 4-2 a Brewers en un encuentro para la historia.




La gesta comenzó con Austin Wells. Los Yankees han disputado más de 18 mil juegos en su legendaria existencia y jamás habían colocado a un receptor como primer bate en el orden ofensivo. Hasta ahora. Y Wells no tardó en demostrar por qué. En el primer turno de la temporada, en el primer swing, la pelota se perdió en la noche neoyorquina. Un cañonazo de 103.7 millas por hora por el jardín derecho contra el dominicano Freddy Peralta de los Brewers.


El dato es digno de grabarse en bronce: fue el primer jonrón de un Yankee como primer bate en un Opening Day en toda la historia de la franquicia. Los Bombarderos han contado con leyendas.

Y no fue el único estallido. En el segundo rollo, Anthony Volpe siguió el ejemplo de Wells y también desapareció la pelota. Un golpe tempranero que reafirmó que esta versión de los Yankees tiene pólvora en el madero.




Mientras tanto, Carlos Rodón hizo historia por su cuenta. Su barba desafiando la tradición de los Yankees —los primeros vellos faciales permitidos en más de 50 años—, su brazo reafirmando su lugar en la rotación. El zurdo lanzó cinco innings y un tercio en los que sólo permitió cuatro hits y una carrera limpia, además de abanicar a siete Cerveceros.

El único daño que sufrió fue un jonrón solitario de Vinny Capra en la tercera entrada. Un ligero desliz en una noche de dominio. Y cuando los Yankees necesitaron un poco más de pólvora para sofocar cualquier intento de rebelión de Milwaukee, apareció el Capitán. Aaron Judge, con un doblete remolcador, y Cody Bellinger, con la cuarta carrera, aseguraron el triunfo.

El 4-2 final fue más que un simple marcador. Fue la confirmación de que este equipo, golpeado en el invierno, ha resurgido con energía renovada. Austin Wells dejó su huella en la historia, Rodón desafió la estética y los Yankees volvieron a hacer lo que mejor saben hacer: ganar.


La primavera ha llegado al Bronx y con ella, la esperanza de que este sea el año en que los Yankees vuelvan a su trono. La primera página de esta historia ya está escrita. Y qué manera de iniciarla.


Edición: Aracely Borunda