Las huellas del trauma

2021-11-10 09:15:24   1448 Visitas


Para todos los que han vivido una experiencia traumática les vamos a explicar todo sobre el síndrome de estrés postraumático, cómo afecta su cerebro, por qué unos sufren traumas y otros no.



¿Qué es?

Primero, tenemos que entender que EL TRAUMA es la respuesta a un evento altamente estresante.

Una persona puede experimentar un trauma como respuesta a CUALQUIER EVENTO que encuentre física o emocionalmente amenazante o perjudicial

Ahora, el trastorno de estrés postraumático es una ENFERMEDAD DE SALUD MENTAL que se desarrolla cuando los síntomas del trauma persisten o empeoran en las semanas y meses después del evento estresante.

El TEPT es angustiante e interfiere con la vida cotidiana y las relaciones de una persona.

Hay varios tipos de trauma, incluyendo:

Trauma agudo: resulta de un solo evento estresante o peligroso.


Los ejemplos incluyen casos de abuso infantil, intimidación o violencia doméstica.

Trauma complejo: resulta de la exposición a múltiples eventos traumáticos.

Los factores de riesgo para desarrollar trastorno de estrés postraumático son:

Trauma previo

. Dolor o lesión física.

Tener poco apoyo después del trauma.

Enfrentar otros factores estresantes al mismo tiempo, como dificultades financieras.


Ejemplos de experiencias traumáticas

Acoso.

Hostigamiento.

Abuso físico, psicológico o sexual.

Agresión sexual.

Accidentes de tráfico.

Dar a luz.

Enfermedades que ponen en riesgo la vida (COVID19).

Pérdida repentina de un ser querido.

Ser atacado.

Sufrir un secuestro.

Actos de terrorismo.

Desastres naturales.

La guerra.

¿Cómo procesa el cerebro las experiencias difíciles?

La muerte de un ser querido, violencia doméstica, lesión o enfermedad, abuso, violación, guerra, accidentes de tráfico y desastres naturales, pueden causar sentimientos de peligro e impotencia, que activan EL SISTEMA DE ALARMA CEREBRAL, conocido como la respuesta de «lucha, escape o bloqueo».

Cuando la alarma suena, el hipotálamo, la pituitaria y sistemas suprarrenales, conocido como el eje HHA, trabajan juntos para enviar señales al sistema nervioso parasimpático.

Esta red comunica las glándulas suprarrenales y órganos internos que ayudan a regular funciones como el ritmo cardíaco la digestión y la respiración.

Estas señales empiezan una cascada química que inunda el cuerpo con varias hormonas de estrés diferentes, causando cambios psicológicos que preparan al cuerpo para defenderse.

Nuestro ritmo cardíaco se acelera la respiración se acelera y los músculos se tensan.

Incluso cuando acaba la crisis, los niveles elevados de hormonas de estrés pueden durar por días, que provocan sentimientos nerviosos, pesadillas y otros síntomas.

Para la mayoría, estas experiencias desaparecen en una o dos semanas mientras los niveles hormonales se estabilizan.

Pero un porcentaje de los que experimentan trauma tienen problemas persistentes que a veces desaparecen temporalmente para resurgir meses después.

AÚN NO SE SABE por completo qué pasa en el cerebro de estas personas, pero una teoría es que la hormona del estrés, el cortisol, puede estar continuamente activando la respuesta «lucha, huida, bloqueo» reduciendo el funcionamiento general del cerebro dando lugar a síntomas negativos.

¿Qué se siente?

Los síntomas pueden comenzar dentro de un mes de un suceso traumático, pero a veces pueden no aparecer HASTA AÑOS DESPUÉS.

Estos síntomas por lo general se agrupan en cuatro tipos:

recuerdos intrusivos,

evasión,

cambios en el pensamiento y en los estados de ánimo,

y cambios en las reacciones físicas y emocionales.

Recuerdos intrusivos

Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático.

Revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez (reviviscencia). Sueños perturbadores o pesadillas acerca del hecho traumático.

Angustia emocional grave o reacciones físicas a las cosas que te recuerdan el suceso traumático.

Evasión

Tratar de evitar pensar o hablar acerca del suceso traumático.

Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden el suceso traumático.

Cambios negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo.

Los síntomas de los cambios en el pensamiento y en el estados de ánimo pueden ser:

Pensamientos negativos sobre ti mismo, otras personas, o el mundo en general.

Desesperanza acerca del futuro.

Problemas de memoria.

Dificultad en mantener relaciones cercanas.

Sentirte distanciado de tus familiares y de tus amigos.

Falta de interés en las actividades que antes te gustaban.

Dificultad para sentir emociones positivas.

Sentirte emocionalmente insensible.

Cambios en reacciones físicas y emocionales.

Los síntomas de los cambios en las reacciones físicos y emocionales pueden ser:

Asombrarte o asustarte fácilmente.

Estar siempre alerta al peligro.

Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir demasiado rápido.

Trastornos del sueño.

Dificultad en concentrarte.

Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva.

Sentimientos abrumadores de culpa o vergüenza.

¿Se puede complicar?

Tener trastorno de estrés postraumático también aumenta el riesgo de sufrir otros problemas de salud mental, como:

Depresión y ansiedad.

Problemas con el consumo de drogas y alcohol.

Trastornos de alimentación.

Pensamientos y acciones suicidas.

¿Cómo se diagnostica el trastorno de estrés postraumático?

Para obtener un diagnóstico de TEPT, se deben tener todos estos síntomas durante al menos un mes:

Al menos un síntoma de reviviscencia.

Al menos un síntoma de evitación (evasión).

Al menos dos síntomas de hipervigilancia y reactividad.

Al menos dos síntomas cognitivos y anímicos.

¿Cómo se trata?

El tratamiento principal es la psicoterapia, pero también se trata con medicamentos. Combinar estos tratamientos mejora los síntomas porque:

Aprenderás estrategias para controlar los síntomas.

Lograrás tener pensamientos más positivos sobre ti, sobre los demás y sobre el mundo.

Aprenderás distintas maneras de afrontar los síntomas si vuelven a aparecer.

Permite tratar otros problemas que se suelen asociar a experiencias traumatizantes, como la depresión, la ansiedad o el abuso de alcohol o de sustancias.

No tienes que cargar tú solo todo lo que implica el trastorno por estrés postraumático.



Fuente: Martha Debayle


Edición: Susana Ruiz

Grupo Radiza Chihuahua

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