¿Por qué fingimos en el sexo?

2023-11-16 13:51:01   1712 Visitas


. Se han preguntado ¿por qué fingimos en el sexo? Les traje a la Doctora Claudia Rampazzo para que les explique la razón por la que lo hacemos y qué podemos hacer para evitarlo.




Lean este dato, de acuerdo con el National Health and Social Life Survey, la disfunción sexual femenina general se calculó en un altísimo 43% vs. un 31% en los hombres, lo que significa una gran prevalencia desatendida por los sistemas de salud de los problemas sexuales de las mujeres.

Según el Prevalence of Female Sexual Problems Associated with Distress and Determinants of Treatment Seeking, realizado en 31.508 mujeres mayores de 18 años, encontró un 21% de problemas relacionados con el orgasmo.

Los resultados del estudio Men’s and women’s reports of pretending orgasm, realizada por Charlene L Muehlenhard, del 85% de los hombres y el 68% de las mujeres que habían tenido sexo, 25% de los hombres y 50% de las mujeres informaron haber fingido un orgasmo.

Según la BBC, en un estudio de más de 50 mil personas, el 95 % de los hombres heterosexuales dijeron que generalmente o siempre tienen un orgasmo cuando tienen relaciones sexuales, mientras que solo el 65 % de las mujeres heterosexuales dijeron lo mismo. Sin embargo, al menos el 92% de las mujeres tienen un orgasmo cuando se dan placer a sí mismas.

Así como hay mujeres que fingen orgasmos, el récord de orgasmos de una mujer durante 1 hora son 134 y de un hombre 16. Un orgasmo real quema aproximadamente 120 calorías, mientras que uno fingido puede llegar a quemar hasta 315. La realidad es que la quema de calorías durante un orgasmo, ya sea real o simulado, tiene más relación con la actividad sexual en sí que con la autenticidad del orgasmo.

Durante la actividad sexual, se involucran diversos músculos y se realiza un esfuerzo físico que puede llevar a la quema de calorías. Este proceso es independiente de si el orgasmo es genuino o fingido.


¿Por qué fingimos en el sexo?

Es una actuación de orgasmo, motivada por:


Creer que el orgasmo me lo provoca la pareja y si no lo alcanzo, la pareja se va a sentir mal

Para dar por terminado el acto sexual

Para excitarme más o excitar más a mi pareja

Para desencadenar o acelerar la excitación y el orgasmo de la pareja.

Todo ello debido a que creemos erróneamente que:

Soy responsable del orgasmo y placer ajeno

Mi pareja es responsable de mi orgasmo

Si no tengo orgasmo es que mi pareja es eróticamente insuficiente

No puedo decirle abiertamente a mi pareja que ya quiero interrumpir la actividad sexual (por la razón que sea)

Que el orgasmo es el dato inequívoco de que la relación sexual fue exitosa

¿Se puede medir el fingir el orgasmo?

Con respecto al fingimiento del orgasmo, existe un estudio de Cooper que logró desarrollar una clasificación especial a la que llamaron Faking Orgasm Scale (FOS), con una versión específica para la relación coital y otra para la relación oral, compuesta de 4 factores para la coital:

Engaño altruista: las que fingen el orgasmo por la preocupación por las sensaciones de la pareja.

Miedo e inseguridad: las que fingen el orgasmo para evitar las emociones negativas asociadas a la experiencia sexual; para evitar sensaciones de inseguridad o para hacer frente a preocupaciones de ser anormales.

Aumentar la propia excitación: tentativa de una mujer de aumentar su propia excitación con el fingimiento del orgasmo.

Aplazamiento sexual: fingiendo el orgasmo para terminar el sexo.

Anorgasmia perpetua: implica una genuina disfunción sexual de fondo que debe ser atendida.




Las investigaciones muestran que muchas mujeres fingen el orgasmo, pero se sabe muy poco sobre si los hombres lo hacen. Según los resultados del estudio Men’s and women’s reports of Pretending Orgasm, realizada por Charlene L Muehlenhard, la mayoría de los participantes fingió un orgasmo durante la PVI (coito pene-vaginal), pero algunos fingieron durante el sexo oral, la estimulación manual y el sexo telefónico.

Las principales razones por las se finge un orgasmo son: porque el orgasmo era poco probable, porque querían que terminara el sexo y querían evitar consecuencias negativas (p. ej., herir los sentimientos de su pareja) y obtener consecuencias positivas (p. ej., complacer a su pareja).

Los resultados sugieren un guión sexual en el que las mujeres deberían tener un orgasmo antes que los hombres, y los hombres son responsables de los orgasmos de las mujeres.

¿Cómo se clasifica el orgasmo femenino?

Primero debemos entender qué es el orgasmo, es un pico de intensidad de excitación generado por estimulación aferente y eferente de los receptores sensoriales visceral y/o somáticos, activado exógenamente y/o endógenamente.

El orgasmo es un proceso cognitivo de alto orden, seguido por una liberación y resolución de la excitación. El orgasmo o clímax es la descarga repentina de la tensión sexual acumulada, durante el ciclo de respuesta sexual , resultando en contracciones musculares rítmicas en la región pélvica caracterizadas por el placer sexual.

Sin embargo, es posible que ninguna de ellas tenga el alcance suficiente para describir el fenómeno en algunas mujeres y, por tanto, aun teniendo orgasmos genuinos, no sean capaces de identificarlos como tales, o también que identifiquen fenómenos de otro origen como si fueran orgasmos.

En un modelo ideal, cada actividad sexual debería concluir en un orgasmo, y no tenerlos es una de las causas frecuentes de disfunción sexual y, por tanto, de insatisfacción y alteración de la calidad de vida.

Las guías sobre el tema hacen hincapié sobre la «satisfacción» o el «grado de estrés» generados por el orgasmo como claves para juzgar el comportamiento clínico, de tal manera que una mujer podría no tener orgasmos y aun así ser «feliz» sexualmente; en estos casos no debe considerarse una enfermedad.


¿Qué es la disfunción orgásmica?

Es definido como «un retardo marcado, infrecuencia marcada o ausencia de orgasmo», o bien «una reducción marcada de las sensaciones orgásmicas» que causa malestar clínicamente significativo en el individuo, que ha persistido 6 meses como mínimo y que aparece en el 75-100% de los encuentros sexuales.

Las definiciones suelen ser incompletas y en la literatura se encuentran abundantes variaciones; la International Classification of Diseases, por ejemplo, complementa en su definición que el desorden debe impedir a la paciente participar adecuadamente de la relación sexual, e igual, que debe tener una duración superior a los 6 meses.

Según el Female Sexual Function Index, el más difundido de los índices de función sexual femenina, el dominio de «orgasmo» está compuesto por 3 subdominios: frecuencia, dificultad y satisfacción, que en conjunto permiten hacer la valoración del dominio «orgasmo».

¿Qué es el desorden orgásmico?

Es la «sensación disminuida en la intensidad de sensación orgásmica o marcadamente retardada a pesar de una adecuada estimulación que generan distrés o preocupación en la mujer que lo padece». La frecuencia de los orgasmos es un tema donde no existe acuerdo, puesto que los estudios muestran que el porcentaje de mujeres que «habitualmente» tienen orgasmos en sus relaciones sexuales es tan variable de 17 a 41%.

EJEMPLO: En un estudio realizado en Bogotá con 587 mujeres en el año 2008 por el Dr. Alonso Acuña Cañas y la Dra. Pilar Ceballos, con respecto a la frecuencia del orgasmo femenino, se encontró un porcentaje de 3,29% de mujeres anorgásmicas primarias, un 42% que «frecuentemente» llegaban al orgasmo y un 22,8% que lo hacían siempre.

En un estudio previo de 1988 con 514 pacientes, el mismo Dr. Acuña había encontrado una frecuencia de anorgásmicas del 18,10%, de multiorgásmicas del 35,21% y de orgásmicas del 46,69%. La posibilidad de que las mujeres puedan, en diferentes circunstancias, fingir el orgasmo ha convertido este subtema en uno de los grandes mitos asociados al orgasmo y que se monitoriza con mayor interés.

De acuerdo con el «Informe Hite», que es de corte cualitativo, un buen porcentaje de hombres no saben cuándo su pareja tiene un orgasmo; adicionalmente, marcó la senda de múltiples estudios que han señalado la enorme divergencia que existe en el orgasmo según el género, con cifras que muestran que el 90% de los hombres consiguen el orgasmo durante el coito y el 70% de las mujeres no consiguen sus orgasmos en el coito.


Fuente: Martha Debayle

Edición: Nallely Durán