Así te consume una relación tóxica

2022-05-29 12:19:40   1718 Visitas


Nuestro cuerpo refleja nuestro estado psicológico: y nuestro estado psicológico es influenciado, en parte, por nuestras relaciones más importantes, como las de pareja. Entonces tiene sentido que nuestras relaciones cambien la forma de nuestro cuerpo, así como una buena relación nos hace lucir más brillantes, una relación dañina nos consume y envejece rápido.



Chicas, esto es literal. Tomo de ejemplo a esta pareja de Johnny Depp y Amber Heard porque es un caso que hace bastante obvio cuanto se lastima el cuerpo con ese tipo de vida.


Te consume y te destruye

Es cierto, envejecer es normal pero no podemos negar el impacto que tiene en el cuerpo viviendo años de infelicidad y amargura.

Se nos refleja en la mirada, que se endurece y oscurece, las arrugas alrededor de los ojos se acentúan más de lo normal. La forma de la boca cambia. Al sostener un gesto de tristeza o seriedad prolongadamente, las comisuras de la boca se acostumbran a ir hacia abajo. Los labios se adelgazan y resecan, porque su sexualidad no está siendo usada. Incluso el olor cambia.

Tu lado atractivo pasa a un segundo plano

Dejamos de generar la química de alguien que se siente naturalmente atractivo y amado. Disminuye la lubricación vaginal y tiene sentido: si no estás disfrutando tu vida sexual a plenitud. El cuerpo se inflama. Aparece una hinchazón exagerada en la cara, algo que expertos en psicología corporal pueden asociar al abandono, vergüenza o culpa. Se pierde la presencia y con ello el atractivo, incluso la mente se nubla y se dificulta la capacidad de hilar pensamientos rápidamente. En resumen, se nos nota cuando nos va mal.

Si estás en una relación así, ten un plan de salida. No creas que eres la excepción y que no te va a pasar nada con el tiempo. Mira cómo terminó esa pareja, que muchos creían que eran modelo a seguir.




Un después en la relación

Empieza por ti

No puedes amar a otra persona, si no te amas primero a ti misma. Esto que suena a obviedad es de las primeras cosas que se olvidan cuando caemos en el bucle de una relación tóxica. Esto no tiene nada que ver con el narcisismo –reconocer a un narcisista– y el egoísmo; los egoístas son incapaces de amar a los demás.

Quiérete y respétate, ese es el verdadero escudo contra el amor tóxico. Y no lo olvides, porque olvidarlo es bajar la guardia y el veneno se puede colar por esas compuertas.

Fuente: Nueva Mujer.


Edición: Susana Ruiz

Grupo Radiza Chihuahua

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